martes, 10 de noviembre de 2009

Maria Bethania

Dos caminos para una voz insuperable
La música de Maria Bethânia ha tomado en los últimos años dos caminos que parecerían alejados, casi irreconciliables: uno, ripioso, que parte de la Bahía sincrética, mixtura de candomblé, raíces yorubas y catolicismo evangelizador, del Portugal esclavizador y la África esclavizada, y se adentra por el Brasil profundo del nordeste pobre, seco y olvidado. El otro es una autopista urbana San Pablo-Río, nocturna e iluminada, paisajes íntimos de amores fuertes, pasiones contemporáneas. Los puentes entre ambos son de un minimalismo despojado pero intensamente emocional, una radicalización estética que manda la voz bien al frente y se recuesta en guitarra, bajo y percusión (respectivamente a cargo del arreglador y director de hace 30 años, Jaime Alem, Jorge Helder y Marcelo Costa). Leer nota

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