domingo, 8 de noviembre de 2009

Testimonio del ultimo nieto aparecido

Nunca di tantos abrazos en mi vida
Martin amarilla cuenta por primera vez su busqueda y el encuentro con su verdadera familia.
Tiene 29 años, el cuerpo huesudo, la barba muy corta. A poco de hablar dice que está nervioso, con los pies fuera de la tierra, que el cuerpo le tiembla como tembló cuando tocó por primera vez un acordeón. Era uno que le habían prestado y todavía no sabía –faltaban muchos años para que supiera– que era el mismo instrumento que tocaba su madre. “Cuando lo toqué lo sentí y me temblaron las manos, no sé si lo probaste alguna vez: me gustó el sonido grave, es como tener un piano en medio del pecho, un instrumento que con cada nota que abrís o que cerrás sentís que tiembla todo. Leer nota

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