viernes, 5 de febrero de 2010

Dime dónde duele y te diré quién eres

Extraña relación la del hombre con el dolor, quien puede encarnar la figura de un forastero familiar (ya que se sabe de su existencia), de un viajante al que no se espera, pero que puede aparecer en cualquier momento, siempre amenazante. El día que llega es para quedarse y no abandonarnos, salvo en los intervalos del analgésico. La relación del hombre con el dolor siempre se ha planteado como una batalla desigual. La fe en todas las épocas, el conocimiento en otras, el opio, y en los tiempos modernos la morfina, son distintos medios que alivian el dolor. Se lo ha querido vencer, domesticar, comprender, asimilar, pero hay algo que siempre lo excluye y lo vuelve irreductible. Leer nota

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