sábado, 13 de febrero de 2010

Extraterrestres - cine

En compañía de los otros
El cuerpo del otro es un espejo. Cuando un artista imagina a un personaje, más que crear a otro ser lo que hace es fabricar un espejo exótico: como si emplease una aleación de plata o aluminio inusual y la cubriese con un vidrio esmerilado. Esta superficie ya no puede reflejar la realidad del mundo físico, y mucho menos la imagen objetiva del observador. Pero es muy útil como superficie donde proyectar los sentimientos –tanto los exaltados como los perversos– de aquel que (se) mira.El axioma se aplica tanto al Aquiles homérico como al misántropo de Moliere y al caballo del Guernica: ellos no son su creador, ni tampoco son la persona que los lee o los contempla, y sin embargo... Al mismo tiempo, la del Otro como espejo es una herramienta válida para interpretar las variaciones que experimentó y experimenta una de las criaturas más revisitadas por la narrativa popular: el siempre inquietante extraterrestre. Leer nota

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