martes, 2 de febrero de 2010

Ismael Serrano - Crónicas

Oxímoron
Apresúrate despacio, amor mío, que la noche no perdonará nuestro retraso ni tu imagen vistiéndose en la penumbra disculpará la prisa.
Vivimos tiempos contradictorios, donde nada escapa al oxímoron. En nuestras propias vidas cotidianas, en la realidad televisada, en el lenguaje de lo políticamente correcto, en nuestras propias conciencias. Combatir la paradoja de los términos opuestos, presentes en todo como realidad rutinaria, como hecho ineludible, requiere un esfuerzo agotador, un empeño tal que a menudo sucumbimos a utilizarlos como descripción cierta e incuestionable del mundo que nos toca vivir. Leer crónica

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