domingo, 14 de marzo de 2010

Mariano Otero

No creo en las limitaciones
Hay gente que cree en el destino. Otra que cree en la voluntad. La primera se esfuerza por dejarse llevar. La siguiente por llevarse lo que haga falta para conseguir lo que buscan. No se diferencian tanto: es tan difícil convencerse de que se está a merced del destino como persuadirse de que la actitud basta para modificar lo que sea; pero más aún: ninguna voluntad puede modificar el destino final de los hombres (a veces el de ninguna de sus estaciones intermedias), así como ningún destino puede aplacar el ansia y el placer de modificar de motu propio lo que la vida proveyó. Leer nota

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