Desde que Cenicienta dejó caer su zapato en el baile, las cosas cambiaron. No hay más príncipes que rescaten a damas en apuros y menos que agarren los zapatos olvidados y busquen a su princesa por toda la ciudad. Hoy, hay hombres reales con virtudes y defectos. Y para contar eso está la chick lit: un género apto para todo público, leído en secreto por ellos y comentado a viva voz por ellas. Leer nota
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