Shaman. Así se llama un disco de Santana. Sin embargo, es mucho más que eso. Es toda una definición. El shamán es un individuo que ha atravesado en vida por saberes y preparaciones inconcebibles para el hombre occidental y moderno, usualmente sumido en el minuto a minuto diario, y perdido en el tiempo.
Ese ser shamánico, al que se le atribuye la capacidad de modificar la realidad o la percepción que ha sido acordada en forma colectiva, consigue esa apertura a través del conocimiento y la disciplina. Ese transporte místico es lo que ha conseguido Santana a través de los años, en su relación sobrehumana con el instrumento. Como Jim Morrison y sus poemas dionísiacos, como Jimmy Hendrix y sus guitarras aullantes. Leer nota
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