El cuarteto de cuerdas en el primer tema, “Querido diario”. O un violín con perfume jazzístico, tocado por Nicolás Krassik, en el tercero, “Essa pequena”. La rica instrumentación, con clarinete y arpa, en “Se eu soubesse”, donde se agrega la exquisita voz de Thais Gulin. Y esa manera de entrar y salir de los géneros más populares, y de llevarlos a niveles de sutileza y sofisticación increíbles sin que pierdan nada de su fluidez y sencillez original. Y su voz, también.
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