domingo, 9 de octubre de 2011
Homenaje a Facundo Cabral : Destino de artista, legado cumplido
El nudo emotivo pudo haber sido Víctor Heredia, entregando al público una sólida versión de “Vuele bajo”, en clave de trova. O contando cuando lo invitó a su primer Obras posdictadura y el barbón trotamundos no emergió de camarines sino de entre la gente “pidiendo limosna con una gorra”. Pudo haber sido, también, Litto Nebbia cantando tres canciones de un disco aún inédito que combinaba su puño musical con el poético del homenajeado. Pudieron haber sido, si no, Piero y sus breves relatos acerca del extenso anecdotario que los unió en los ’70, Gianfranco Pagliaro recitando el texto que más le gustaba (“La balada del boludo”) o Yamila Cafrune, hija de Jorge –uno de sus grandes amigos– cantando “Dos y dos es nunca”, con su clara y potente voz. Leer nota
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