Vestido con pantalón rojo, camiseta de color oscuro, sombrero y chaqueta negra,
Joaquín Sabina, de 62 años, hizo un recorrido por sus éxitos y compartió el escenario con muchos de sus amigos en una fiesta con notas poéticas que se prolongó casi dos horas y media.
Sabina, quien se definió como "un novio regular", "un amante pésimo, según las estadísticas", y "un padre bienintencionado", y explicó que no sabía si era buen amigo, pero consideró que tenía "los mejores amigos del mundo". Leer nota
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