Hija de rigor (2007) lo primero que provocó fue comentarios por el título. Como si la amnesia sobre el origen fuera un mal contagioso, las feministas cuestionaron el uso de la expresión en un país en el que a diario mueren mujeres por maltratos masculinos; variopintos machistas sonrieron con mueca que tira hacia atrás un costado de la boca en clara expresión de ya lo sabíamos. A pocos se les ocurrió que Fabiana Cantilo podía permitirse esa expresión sin necesidad de tantas pavas interpretaciones. Al escuchar el disco, el vituperio fue mayor: imperdibles catorce canciones que provocaron señales de asombro, pero pocas acciones de reconocimiento. Leer nota
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