Cuando Robert Plant, ex vocalista de Led Zeppelín, compartió el premio Grammy al mejor trabajo de 2009 con su amiga Alison Krauss, se generó una especie de big-bang. El disco
Raising Sand abría una espita que ya estaba en el interior de Plant y que situaba su alma y su poder creativo en la ciudad de Nashville, la capital musical de Estados Unidos. La amalgama de bluegrass y rock con solera sorprendió a medio mundo.
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