Eso de que la música es el lenguaje universal está un tanto desgastado para Kevin Johansen. Él prefiere afirmar que la música es el primer idioma. Solo a través de este recurso primario y natural ha logrado vincular las características de su natal Alaska con las condiciones de un país en pleno desarrollo como Argentina. Además, el arte sonoro fue el único sincero al mostrarle su propio panorama. Nadie ni nada le habían permitido ver de manera tan clara que su personalidad era, literalmente, la de un bipolar. Leer nota
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