
Es que, inspirado por la idea de “hacer una serie de grabaciones, con parte de las canciones más hermosas del mundo, para enviar al espacio como un mensaje en una botella”, Páez se metió con material que, al ser manipulado, se puede tornar inflamable. Y sobre todo, polémico. Por un lado, títulos emblemáticos de la canción hispanoamericana. Ahí están Un beso y una flor , inmortalizada por Nino Bravo, la inmensa Construcción-traducción del uruguayo Daniel Viglietti-, de Chico Buarque, quien luego aporta su voz en Tango (Promesas de amor) , de Ryuichi Sakamoto, también en versión en español, pero de Páez. Pablo Milanés se suma para hacer, a dúo, su El breve espacio en que no está , como lo hace también Hugo Fattoruso como acordeonista, arreglador -junto con Lucho González- y vocalista en su ranchera Conmigo . Leer nota
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