Comienza un nuevo año. No llueve y sobre Madrid crece una nube bruna que araña las ventanas y enreda el vuelo de las palomas. Nuevo Gobierno con Presidente ausente, presa del pánico escénico. Más recortes. Las cosas cambian para que todo siga igual. Madrid perezoso, bosteza. Y uno no sabe si el dolor de cabeza es por el hambre o por el ruido. Crónica
aquí.
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