Ruge el León sobre el escenario y con sus garras, le saca chispas de argentinidad a la guitarra. Y entonces el José Hernández se vuelve una selva por el griterío de la multitud que le rinde pleitesía a este rey musical que brindó un espectáculo audiovisual conmovedor. Así, de esta manera, León Gieco fue amo y señor en la noche del adiós del Festival de Jesús María que el domingo se despidió hasta el año próximo.
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