Cuenta la leyenda que el disco “Piano Bar”, que Charly García editó en 1984, iba a tener una canción llamada Mi amor. Pero Sadaic no permitía que se registraran dos canciones con el mismo título, y Mi amor ya se le había ocurrido a alguien. Así que García le cambió el tituló a esa canción por, cortito y al pie, No se va a llamar mi amor.
Parece que Charly siempre termina diciendo lo que quiere decir, pero no siempre lo hace de forma directa. De esas volteretas en sus letras, surgidas por la censura o por la poesía, se ocupó Mara Favoretto en su libro Charly en el país de las alegorías. El título le guiña el ojo a laCanción de Alicia en el país, tal vez la alegoría más conocida de su obra. Nota aquí.
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