¿A dónde quedaron los oídos y las memorias frente al color más experimental de Luis Alberto Spinetta, treinta años atrás? Corría febrero de 1986 cuando el Flaco editó Privé, su séptimo disco solista: una obra de transición en la que exploró con máquinas de ritmos y texturas electrónicas para vestir sus potentes canciones de entonces. En Privé desplegó una vez más su alma creativa, siempre desde el rock hacia otros terrenos, aquí con un sonido tecno-pop. Quizá por ello gran parte de la crítica lo consideró perecedero y no lo valoró en su justa dimensión. Pero su fuego innovador trascendió los años 80 y, aún moderno, logra ecos en varias músicas del siglo XXI. Leer completo aqui
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