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“Nadie nos cree que no pensamos en cómo vamos a seguir”, se ríe Vicentico mientras se estira en el sillón blanco. El cantante y el baterista Fernando Ricciardi, de Los Fabulosos Cadillacs, están sentados justo delante de un enorme cartel que reproduce la tapa del flamante disco El arte de la elegancia de LFC, y no hay motivo para descreer de la buena onda que, dicen, todavía reina en el seno de la banda. El próximo lunes, los Cadillacs se despedirán –vaya uno a saber por cuánto tiempo– de Buenos Aires con un show a beneficio de Cáritas y Fundación Tzedaká (a las 18, en el Club Ciudad), y el 1° de diciembre, en el Auditorio del Distrito Federal mexicano, le dirán adiós al Satánico Pop Tour, la gira que los trajo de vuelta después de un parate de seis años. Leer nota
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