martes, 4 de mayo de 2010

Homenaje a Mercedes Sosa: Una noche de recuerdos emocionados

“Por cinco minutos, me sentí más Dylan que nunca.” Que Mercedes, en vida, haya provocado milagros como –hecho natural– hechizar al mundo con su voz o –no tanto, en cierta época– sentar en la misma mesa al rock, al folklore, al tango y más, es realidad consumada. Redundante. Ahora que, tras su muerte, siga provocando lo inesperado, la transforma casi en una deidad. En un faro que ilumina pese al ya no ser del cuerpo. “Estaba tocando ‘Solo le pido a Dios’ con la armónica y la guitarra... y de repente apareció Joan Baez a mi lado, para cantarla conmigo. ¡Me hizo sentir Bob Dylan por cinco minutos!”, insiste León Gieco sobre tal vez una de las secuencias más emotivas entre las vividas en el homenaje que se le rindió a la Negra Sosa, días atrás, en el Lincoln Center de Nueva York. “La verdad es que no estaba previsto así: la cosa era que, al final, nos íbamos a reunir todos los músicos para hacer ‘Canción con todos’, de Tejada Gómez, pero no a cantar ‘Solo le pido a Dios’. Fue una situación inolvidable”, sigue León. Leer nota

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