En esta noche de 1906, el tenor Enrico Caruso cantó la opera Carmen en la sala Tívoli, en la ciudad de San Francisco. La ovación lo acompaño hasta las puertas del hotel Palace.
Poco durmió el maestro del bel canto. Al filo del amanecer, una violenta sacudida lo volteo de la cama. El terremoto, el peor de toda la historia de California, mató a mas de tres mil personas y demolió la mitad de las casa de la ciudad.
Caruso se echó a correr y no se detuvo hasta llegar a Roma.
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