Mandó un día cerrar su casa y sus asuntos.
Se despidió de su antigua tertulia de los viernes
y se enclaustró advirtiendo que no le molestaran
ni amigos ni deudores. Ya nada despertaba
su interés, resumió, cuando los viejos
amigos preguntaron
por tan insólita decisión y sus razones.
Completo aquí.
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