En el año 2004, el gobierno de Guatemala quebrntó por una vez la tradición de impunidad del poder, y oficialmente reconoció que Myrna Mack había sido asesinada por orden de la presidencia del país.
Myrna había cometido una búsqueda prohibida. A pesar de las amenazas, se había metido en las selvas y las montañas donde deambulaban, exiliados en su propio país, los indigenas que habían sobrevivido a las matanzas militares. Y había recogido sus voces.
En 1989, en un congreso de ciencias sociales, un antropologo d Estados Unidos se había quejado de la presión de las universidades que obligaban a producir continuamente :
- En mi país- dijo-, si no publicas estás muerto.
Y Myrna dijo :
- En mi país, estás muerto si publicas.
Ella publicó.
La mataron a puñaladas.
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