Me asombró escuchar el discurso de José Miguel Insulza en Cartagena. Pensaba que quien hablaba en nombre de la OEA se ocuparía al menos de reclamar el respeto a la soberanía de los países de este hemisferio que a lo largo de siglos fueron colonizados y cruelmente explotados por las potencias coloniales.
¿Por qué no dijo una sola palabra sobre las islas Malvinas, ni exigió el respeto de los derechos soberanos de la hermana nación Argentina? Leer nota
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