martes, 27 de noviembre de 2012
Santiago segura : Hoy volveré a ver los tramposos
Conocí a Tony Leblanc en una televisión en blanco y negro, mi padre anunciaba —¡hombre, una película de Tony Leblanc!— creo que era El tigre de Chamberí. Notaba la admiración de mi padre en su voz, y aquello me parecía algo grande, pues solo le había oído ese tono hablando de Tyrone Power y Johnny Weismuller. Ese tipo divertido y caradura, castizo y chuleta, guapete y pícaro, pero sobre todo con buen fondo, me dejó fascinado. La admiración de mi padre se transmitió. Y empecé a admirar a Tony Leblanc, a ver todas sus películas. Nota aquí.
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