Sabido es que el mundo de los musicales atesora en su repertorio piezas musicales de enorme valor; creaciones de maestros de la composición como Irving Berlin, Stephen Sondheim, el tándem Richard Rodgers - Oscar Hammerstein II y Marvin Hamslich, entre otros.
Pero suele ocurrir que, interpretadas fuera de su ámbito natural de la escena actuada, esas piezas pierden su brillo original y son condenadas a ser una canción como cualquier otra. Más aún si su envase tiene forma de CD, o de un archivo digital. Leer completo aqui
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