sábado, 19 de marzo de 2011
Aquel Vargas
Empezaban los ’90. América latina era algo muy distinto. Estaba llena de indígenas, eso sí, como ahora, aunque ellos no estaban en la agenda de ningún aspirante a presidente con chances ni entre sus electorados militantes. De hecho, no se usaban los militantes. Comenzaba el culto al “independiente”. Los grandes medios y los dirigentes políticos celebraban el crecimiento abrumador de esa categoría de ciudadanos. Eran en muchos casos ex adherentes a partidos políticos que los habían traicionado, pero en muchos otros eran ciudadanos en retirada, ciudadanos inorgánicos que se veían a sí mismos casi siempre como otra cosa: vecinos, consumidores, clientes, usuarios, lectores, socios, pagadores de impuestos en el mejor de los casos. Leer nota
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