miércoles, 23 de marzo de 2011
“Ellas encarnan el vínculo entre derechos humanos y rebelión”
Qué coraje tuvieron esas queridísimas “Locas”. Sí, con mayúsculas. El apelativo –descalificación moral y psíquica del poder militar– lo adoptaron como “nombre de guerra”. Qué coraje infinito tienen. Conviene plantar banderas verbales en presente; el pretérito fermenta mal. Le quita a la lucha ese lubricante político-emocional ineludible a la hora de captar lo que representan las Madres desde hace más de tres décadas –para precisar, desde el 30 de abril de 1977–. Ni los secuestros de su principal impulsora, Azucena Villaflor de De Vicenti, y de otras dos mujeres, María Ponce de Bianco y Esther Ballestrino de Careaga –gestoras decisivas–, ni los sucesivos ataques de la dictadura lograron amedrentarlas ni correrlas de la Plaza de Mayo. Leer nota
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