La neblina porteña había retrasado el barco. Esa misma noche Fernando Cabrera se presentaría en Vinilo (Gorriti 3780, Palermo), la sala a la que siempre vuelve y donde, antes de la prueba de sonido, ocurrió este diálogo.
Las noches de julio lo tendrán en Buenos Aires y La Plata presentando temas de su próximo CD y cerrando el ciclo de su último álbum, el DVD Intro, suerte de viaje hacia una zona interior, hacia una memoria antigua y hacia lo inefable que Cabrera, sin embargo, logra nombrar con una entrega total e infrecuente. Leer nota
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