A esta altura, uno se podría imaginar que antes de salir a escena, Slash, Myles Kennedy y sus conspiradores calientan motores en camarines cantando “y ya lo ve, somos locales otra vez”.
Y lo bien que harían si así fuera, porque los 12 mil que el sábado llenaron el predio del Mandarine Park para asistir a su demostración de rock en el estado más puro hace rato que así los tratan. Leer nota
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