Hace rato que para Ana Prada, Buenos Aires resulta un lugar propio, a fuerza de cruzar el río desde su Uruguay natal para mostrar sus canciones, que fueron prendiendo con fuerza en el público porteño, y que siguen sumando adherentes. "Se viene dando", dice, desde algún lugar de la ciudad que la vio cambiar a la par del paso del tiempo.
"Casi sin quererlo, Soy sola (2006), Soy pecadora (2009) y Soy otra (2013) fueron dando lugar a una trilogía que encierra ese cambio. Soy sola surgió sin más pretensiones que mostrar algunas canciones que venía haciendo. Por ese entonces tenía una rutina, con mis talleres de canto, con el grupo La Otra; era una época en la que sentía esa cosquillita al subir al escenario, llena de adrenalina; que se terminó", resume. Leer nota
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