Madre, tu hijo no ha desaparecido.
Madre, que yo lo encontré andando contigo.
Lo veo en tus ojos, lo oígo en tu boca,
y en cada gesto tuyo me nombra.
Lo veo en mis luchas y me acompaña
entre las llamas de cada nueva batalla.
Guían mis manos sus manos fuertes,
hacia el futuro, hasta la victoria siempre.
Lo veo en tus ojos, lo oígo en tu boca,
y en cada gesto tuyo me nombra.
Lo veo en mis luchas y me acompaña
entre las llamas de cada nueva batalla.
Guían mis manos sus manos fuertes,
hacia el futuro, hasta la victoria siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario