jueves, 11 de octubre de 2012

Chico Buarque, la esplendorosa humildad

Josep Maria Bardagí me llamó por la mañana: "germanet vine cap aquí" (hermanito ven aquí). Vivíamos cerca, a cinco minutos en moto. Me abrió con el gorro tunecino de "estar por casa". Acababa de recibir el último disco de Chico. Tenía los ojos enrojecidos. Estaba escuchando Valsa brasileira. Cuando llegó yo ya tenía los ojos como mi hermano. Las imágenes clarísimas, de comprensión racional imposible, como el sueño más real consiguiendo el sentimiento exacto, inexplicable, preciso, privado y universal nacido de la humildad y la dignidad humana. Leer nota

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