un desierto de mercurio ocupando la ventana,
destierra a la primavera y el viento
cancela nuestro vuelo, despeina a los ancianos.
Así que toca viajar por carretera,
tocar claxon ante los altares rojos,
encontrar tu olor en la bufanda
cerrar los ojos e imaginar que besa mi cara
la pluma que acaricia tu vientre.
Completo aquí.
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