Emocionados, recibimos la noticia de que Estela de Carlotto, una de las fundadoras de las Abuelas de la Plaza de mayo, ha recuperado a su nieto. En casa reímos y lloramos. Reprimo las ganas de despertar a besos a mi hija argeñola, de salir a la calle para gritar que no todo está perdido.
Recuerdo los breves momentos vividos con Estela y con las abuelas, pequeños retazos de mi vida guardados como tesoros en mi memoria. Conocer levemente su cotidianidad tan llena de amor como de épica ha sido siempre inspirador.
Su figura será siempre un referente moral, un modelo de lucha y de dignidad indispensable en estos tiempos. Conocerlas me hizo mejor.
La única lucha que se pierde es la que se abandona. Gracias Estela por la enseñanza, gracias abuelas por el ejemplo. Gracias por tanto. Nunca seremos capaces de saldar la deuda que todos tenemos con vosotras.
Gracias por traer algo de luz a nuestras vidas.
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