miércoles, 27 de enero de 2010

Joaquin Sabina

Pongamos que hablamos de Joaquin
Dicen que nadie muere en la víspera. Y Joaquín Sabina es uno de los que lo puede decir por experiencia propia. En 2001 tuvo un infarto cerebral, y salió sin secuelas. Físicas. Las otras, las que quedan en lo profundo de eso que los psicoanalistas llaman inconciente, son de otra índole, las más de las veces imperceptibles. Cuando Sabina volvió a la Argentina de la mano de Joan Manuel Serrat para presentar Dos pájaros a tiro, el disco en conjunto, Sabina ya no era el que las multitudes habían aclamado y prácticamente erigido en ídolo. Leer nota

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