sábado, 16 de enero de 2010

Osvaldo Bayer

Prácticos, ilusos y prehistóricos
Toda otra información pasa a segundo plano después de la gran tragedia de Haití. Nos demuestra qué solo y desamparado puede quedar el ser humano ante las desconocidas fuerzas de la naturaleza. ¿Cómo fue posible no poder prevenir algo así? Una vez más cobra una actualidad sin discusión aquella pregunta de los sabios pacifistas que se interrogaban: ¿por qué el ser humano es tan perverso hasta llegar en su perversidad al propio suicidio no esperado? Claro, si ese ser humano durante toda su historia hubiese gastado todas sus riquezas y búsquedas en la ciencia y no lo hubiera desperdiciado en guerras, matanzas, fabricación de armas, métodos de dominio del uno sobre el otro, sí, de haber dedicado todos sus esfuerzos a la búsqueda racional de defender la vida y no de jugar con la muerte, es muy posible que ese ser humano hubiese llegado a saber ya de dónde provenimos y cuáles son los peligros que nos acechan en una naturaleza no cuidada, regulada. Leer nota

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