Luis Eduardo Aute, la activista catalana
Monserrat Ponsa, y los brasileños, el sociólogo Emir Sader y el periodista
Carlos Alberto de Almeida, se sumaron a la campaña del Gobierno ecuatoriano "La
mano sucia de Chevron" con un recorrido por la zona donde la petrolera,
condenada por daños ambientales en Ecuador, operó entre 1964 y 1992.
Allí visitaron el pozo Aguarico 4 y observaron
los depósitos de crudo dejados por Chevron para constatar el olor "a demonios"
que emana del lugar, según Ponsa.
También metieron sus manos en los retos del
"pequeño lago" de crudo, como lo describió Aute, en un gesto que ya se ha
convertido en un símbolo después de que el presidente del país, Rafael Correa,
lo hiciera en la apertura de esta campaña, en septiembre pasado, para mostrar la
"mano sucia" de la multinacional estadounidense. Leer nota
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