miércoles, 6 de enero de 2010

Ismael Serrano- Crónicas

El espejismo
Como un latido, a veces, la música tiembla en nuestro pecho para recordarnos que estamos vivos, que la realidad termina más allá de donde lo hace el espejismo. El espejismo nos abraza y con su narcótico perfume nos promete el mejor de los futuros. Cándido, ingenuo, hubo quien obsecuente abrazó la fe del pensamiento único y creyó que la Historia había terminado. Cualquier disentimiento se marginaba, tachándolo de locura cuando no se lo criminalizaba, tratándolo como delito. Pero como un latido ancestral, atávico, sonaba un rumor de muchedumbres, de batir de alas: había quien avisaba del desastre, de la necesidad urgente de replantear el modelo económico y de convivencia. Leer crónica

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