Recién entrado el año, Miguel Angel Dente publicó un libro destinado a seguir a Luis Spine-tta en su búsqueda lumínica. Lo llamó Tícher de Luz y fue –es– un trabajo exhaustivo, sistemático, sobre el total de su obra. Data pura, completa, chequeada y entretenida por sus giros: datos y comentarios dispersos, canciones desmembradas, un riguroso cuestionario de doce preguntas “exclusivas” vía e-mail, alguna perlita fotográfica y todo para el bolsillo del melómano en módicas 180 páginas. No pasaron seis meses para que este diseñador gráfico y loco de la música devenido “periodista de rock” se copiara a sí mismo y tendiera las mismas coordenadas para inmiscuirse en otro amplio mundo de detalles, el de Charly García. “La investigación fue diferente para uno y para otro porque, mientras Spinetta requería de profundizar en la búsqueda de datos, porque su cosa íntima es más reservada, Charly es un rey de la exposición. Leer nota
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