Ayer por la mañana, a los 73 años, murió Juan Enrique Farías Gómez, “el Chango”, figura clave de la música popular argentina. Se encontraba internado desde el fin de semana en la clínica Otamendi a causa de una afección pulmonar, que agravó el cuadro por el cáncer contra el que luchaba desde hacía años. El título de su último disco, Chango sin arreglo, sintetiza quizá la doble marca que ha dejado este artista en la cultura argentina. La de ser, por un lado, el gestor de una música perdurable, rompiendo con los moldes formales de un género del que evidenciaba, al mismo tiempo, un profundo conocimiento (“sin arreglo”, en este caso, estaba lejos de significar “sin red”). Y también la de ser un artista capaz de arriesgar para avanzar en el folklore, un género que ha dado muestras de optar por permanecer estático, en tantos casos. Leer nota
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