Tres años después de que el gimnasio de Núñez cerrara sus puertas “por reformas”, el ex Redondos fue el encargado de volver a abrirlas. Y aunque los fans pidieron y pidieron por el regreso de la banda, el guitarrista hizo eje en su más que interesante carrera solista. “¡Volvimos a casa!”, grita en el campo un cuarentón de barba entrecana y alguien le devuelve un pulgar en alto desde la platea. Skay Beilinson y su banda aún no habían salido al escenario, pero Obras ya era una caldera de ansiedades y expectativas desde las horas previas. Leer nota
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