“No solo actuamos de acuerdo a como somos, (y lo hacemos), también somos de acuerdo a como actuamos” dice un principio de la ontología del lenguaje, la acción genera ser y uno deviene de acuerdo a lo que hace. Las pastillas del Abuelo aprendieron muy bien este y otros principios ontológicos y no solo que los aplican en sus canciones sino que los obsequiaron en todo el gran concierto en el estadio de Ferro. Durante 3 horas regalaron un espectaculo mágico en donde los tres dominios de un observador se hicieron presentes: Cuerpo, lenguaje y Emoción. La noche pintaba para la lluvia constante pero el dios del filósofo Spinoza ( universo) tomo cartas en el asunto y nos regaló un cielo que llegó a estar estrellados por momentos, permitiendo que la magia sobre el escenario podía divertirse y mostrar sus mejores facetas. En un marco de 31 canciones, si leíste bien, 31 canciones !! en donde abundaron las paradojas, las verdades, las historias, los sueños, los sentimientos y los desafíos transformándose en canciones y performances dejando un recuerdo que quedará guardado en los más de 25.000 escuchas que había en el estadio.
Todo el último disco “Paradojas” y además canciones de todos los discos anteriores fueron el equipaje de este viaje. El comienzo con tres canciones del último disco Rompecabezas de Amor, Saber Hacer y Absolutismos nos mostraban que importante es “tener hogar”, “los hábitos de los seres humanos y ni que hablar del juego dialectico ontológico “La gran verdad, es no hay verdad sino verdades “. Piti Fernández con su ángel, su magia y su introspección a la búsqueda permanente del ser en sus letras contagiaba su gran momento y con una voz impecable derrochaba frases por doquier.
El lenguaje como premisa y como factor de transformación, la puesta del escenario , las luces impecables y un sonido que permitía escuchar las letras (un desafío muchas veces no alcanzado en los escenarios al aire libre en nuestro país) dieron marco a la gran fiesta.
Las canciones “Que pretendo no saber”, “me juego el corazón” y “cambio de tiempo” con una fuerza bien rockera por parte de las grandes intervenciones de sus guitarristas Bochi Bozzalla y Fernando Vecchio (se tocaron todo y más también). A medida que el concierto avanzaba se notaba que el público confirmaba su amor a la banda y lo demostraba cantando verso por verso, estrofa por estrofa, todas las canciones. Había una fusión muy interesante entre banda y público, notándose familias enteras (padre, madres e hijos) interactuando al son de “diosa de la transformación”, “permiso y prometo”, Locura y realidad” y la canción “Las paces” (Hinchadas) una genialidad de Beto Sueiro (letrista de la canción) pidiendo volver a la amistad en el futbol “enemigo es el que invade no el vecino”. Luego llegó, tal vez, la parte más emotiva del concierto. Sentados en sillas y en formato acústico e intimista con Alejandro Vázquez como invitado, entonaron “Gigantes”, una hermosa canción compuesta por Alejandro Mondelo (tecladista) dedicada a sus padres. Las lágrimas de Alejandro mostraban la gran conexión emocional y las 25.000 almas en un momento catártico , super emocional y único. Joel Barbeitto (saxo)y Santiago Bogisich (bajo) demostraban además de ser grandes músicos que también se pueden escribir canciones cuando se escucharon “Hacia donde Voy” y “Causalidad o casualidad” composiciones escritas por ellos y también Juan Comas que imprimía sus dones rítmicos en la batería. La tercera parte del concierto fue a pura fiesta no solo por las canciones sino también por los invitados. Osky Righi ( Ex Bersuit) y su versión en “ peldaño”, Chucky de Ipola y tras una gran improvisación de piano junto a Ale Mondelo participó en la canción más bailada “ Ojos de Dragón”. Luego subieron al escenario el Zorrito Von Quintiero y Fernando Ruiz Díaz que con su gran voz acaudalada tocaron “Inercia” , el Chango Spaciuk y acordeón en mano interpreto “ que hago yo esperando un puto as” y la frutillita del postre, para configurar la unidad rockera rioplatense , los Sebastianes “ el enano y el cebolla” de La vela Puerca cantaron junto a Piti y la banda “ lo que tenga que ser “ y como dice la canción “ Que aunque el cerebro y el corazón tengan diverso criterio, Aunque distinta sea la pulsión, ellos conviven en un mismo elemento.” Y vaya si estuvo presente en el concierto.
Que más se podía pedir, sino “La creatividad “una canción que resume uno de los elementos más necesarios para el ser humano para crecer. El final no podía ser de otra manera “Otra vuelta de tuerca” y el ultimo bis a cargo de “El Cowboy” donde Piti desafió a los más de 25.000 espectadores a sentarse todos juntos cuando la canción lo pedía. Los dominios del observador: Cuerpo, lenguaje y emoción, los tres estuvieron con creces en el concierto .
La banda no para de crecer desplegando un mensaje superador , que todo se encuentra en los ojos del observador, que más que hechos vivimos en un mundo de interpretaciones, que sin “crisis” no hay “ desafíos” y como bien , se cree que dijo Nietzsche “ a lomo de todas las paradojas se cabalga hacia todas las verdades “ permítanme que les diga “ A lomo de las pastillas del Abuelo se cabalga hacia todas las canciones”.-
Nota : Carlos Dyszel.- Fotos Crack
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