El restó más famoso del mundo del rock cumplió dos décadas en Buenos Aires y las celebró con una subasta a beneficio del hospital Garrahan. Veinte músicos pintaron sendas guitarras y las pusieron a la venta. ¿El precio? Cincuenta mil pesos cada una. El objetivo: llegar al millón de pesos, para construir una sala de vacunación.
Desde aquellos primeros rocanroles de Bill Haley y Sus Cometas, pasando por el primero en castellano de Moris y hasta nuestros días, la guitarra ha sido la amante perfecta de un músico de rock. Y un disparador de canciones. Ejemplo: el Perro Serrano escribió la letra de La guitarrajusto cuando la espalda le impedía seguir tocando tal instrumento. Esa fue su catarsis. Y motivo de peleas, como cuando Pappo vendió la mítica viola con la que Luis Alberto Spinetta había logrado, según sus palabras, “las canciones más hermosas que hice para Almendra”. Llegando al motivo de este encuentro, la viola también puede ser un buen instrumento para una acción benéfica. Como la que pensaron para celebrar los veinte años del Hard Rock Café de Buenos Aires. ¿La idea? El equipo del bar de bares más famoso del planeta compró 20 guitarras, para que las intervinieran los músicos vivientes más influyentes de la historia del rock nacional. ¿Siguiente paso? Subastarlas a beneficio del hospital Garrahan. ¿Quién no quisiera tener una guitarra cuyas cuerdas fueron pulsadas por Charly García, Moris, Litto Nebbia, León Gieco o David Lebón...? ¿El precio? Cincuenta mil pesos. Lo curioso de la movida era que ningún comprador sabía cuál de todas las obras de arte le tocaría. Leer aqui
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