Ejemplo de la formidable convergencia artística que se dio en el Brasil hacia fines de los años sesenta, cuando artes dispares y disímiles tomaron préstamos e inspiraciones unas de las otras para poner en escena una cultura en ebullición, donde se trastocaron y desbordaron todos los límites institucionales y comportamentales, la obra de Chico Buarque de Hollanda se desliza con sorprendente facilidad desde la música popular hacia la literatura, el cine y el teatro.
Se lo reconoce principalmente como uno de los músicos más importantes de ese movimiento, que durante las décadas de 1960 y 1970 tomó las raíces del samba aggiornadas por la bossa nova para provocar el estallido de eclecticismo rítmico y melódico que se definió con las equívocas siglas de MPB (Música Popular Brasileira). Sin embargo, lo cierto es que sus obras de teatro, novelas y participaciones en cine resultan piezas tan bien acabadas –y en algunos casos, tan conocidas– como sus mismas canciones. Leer nota
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