Es uno de esos músicos de los que emana un respeto reverencial, independientemente del mayor o menor afecto hacia su música o sus posiciones políticas. Y no es solo porque lleve cincuenta años de carrera a sus espaldas, que es lo que celebra con su gira actual, sino porque su peso e influencia en la música popular española es inconmensurable. Y porque es un hombre transparente. Dice con claridad, naturalidad y sensatez lo que piensa, sin tener en cuenta las consecuencias. Además, musicalmente tiene un estilo único. Su fraseo o forma de cantar es inimitable sin caer en la parodia. Y si cruzamos el charco, entonces su figura se eleva hasta la categoría de mito, de símbolo de libertad frente a las dictaduras que asolaban aquellas tierras durante los años setenta. Leer nota
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