Llego a casa y todo me parece ajeno, lejano. Mi casa, mis hábitos e incluso la gente conocida. Todo es un eco difuso de lo que fui. Nada me parece importante. Nada es urgente. Nada excepto Palestina.
Lo vivido ha influido mi forma de entender el mundo. Han sido días intensos que han marcado mi carácter. Aún cuando intuía la injusticia que padecía el pueblo palestino, la constatación de su dimensión en este breve viaje ha dejado un huella indeleble en mi ánimo y en mi lucha. Crónica completa aquí.
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