Para llevar con dignidad el título de “sucesora de Chavela Vargas” se debe, en principio, corroborar los méritos en vivo. Y la cantante mexicana Lila Downs demoró siete discos en registrar su primer “directo”, donde demuestra que sin ser –todavía– Chavela, va por buen camino. Lila Downs y La Misteriosa en París (Típica Records) la muestra al desnudo en su ambigüedad genérica, esa misma que le allanó el terreno para llegar a los paladares musicales más diversos.
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