La estampa indómita de Juan Salvo, el héroe condenado a viajar por los confines de la eternidad, salta nuevamente desde el cuadro de una historieta para convertirse en influencia e inspiración. El Eternauta, la genial creación del guionista Héctor Oesterheld y el dibujante Francisco Solano López, nació en 1957 y perdura hasta hoy como una obra cumbre de la ciencia ficción. Entre los tantos links que provoca el personaje y su gesta en grupo, aparece un proyecto multidisciplinario con forma de disco compilado y múltiples aplicaciones visuales. Leer nota
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